Cuando tenía 15 años, mi Papá quebró y le debía a todos los bancos, chulqueros y una vela a cada santo. Crecí pensando y repitiéndome; “No quiero volver a vivir esto”

Perdimos todo y de vivir en nuestra casa pasamos a vivir con unos amigos de la familia

Cuando crecí vivía con ansiedad para no endeudarme y le tenía miedo a la tarjeta de crédito

Siempre estaba al límite del cupo porque no me podía endeudar «como mi papi» pero no sabía ¿qué hacer? Ni como manejar mi dinero, mis gastos, mis ingresos y mis deudas

Una vez en un viaje, que ya me había gastado «todo», los últimos días de las vacaciones cuando pasaban la tarjeta deseaba que salga «declined» y que ya no tenga cupo porque no quería seguir gastando y como no sabía decir no, esa era mi salvación

Esto me llevó a que, si bien no estaba endeudada, siempre hacía anticipos y préstamos «pequeños» al banco donde trabajaba. En recursos humanos ya me tenían ubicada.